Es un retrato que presenta al rey Felipe IV de cuerpo entero y de tamaño natural. A diferencia de otros retratos de Felipe IV, en que aparece vestido de negro, en este viste un rico traje bordado en castaño y plata que le da el titulo. Los bordados de plata estan pintados con pequeños y rapidos empastes. Es un ropaje de esplendor insular, lo que parece indicar que esta conmemorando algun acontecimiento particular. Ademas, luce el collar de la orden del toisón de oro, colgando de una cadena de oro. Este es uno de los retratos que Velazquez hizo del rey Felipe IV de España. La datación no es segura. La pagina web National Gallery indica hacia el 1631-1632; la referencia Carrassat habla de 1635. En cualquier caso, se trata de un retrato posterior al primer viaje de Velazquez a Italia y en el se ve que el modelado es mas suave y se adopta un colorido mas propio de la escuela veneciana. Es el principal retrato del rey de la epoca.
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